En realidad, el Templo Romano, es un
enorme falso histórico sobre restos arqueológicos reales.
Solamente lo que está en el suelo y algún capitel es romano. La
zona fue un gran terrizo hasta los años 50 cuando se produjeron las
excavaciones. La mayor parte del Templo se encuentra en esa cantidad
de restos que se encuentran en el complejo, en el Museo Arqueológico
o en alguna plaza de la ciudad donde sirven de ornamento. En su día,
se decidió reconstruir el pórtico, la zona de acceso, a un complejo
que era mucho mayor de lo que hoy podemos siquiera imaginar.
Lo que quiere hacer el Ayuntamiento es
una técnica de intervención en los monumentos que reconstruye con
piezas reales mezclando, a veces, con elementos nuevos.
¿Recuperaremos nuestra Córdoba romana?
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